Marcial Maciel. Fue acusado formalmente de cometer abusos sexuales por algunos miembros de la congregación y estudiantes de los establecimientos de los legionarios a partir de 1997,1 aunque hay constancia de la existencia de quejas desde los años cuarenta, según declara el diario español El País.2
En 2006, como resultado de un proceso canónico interrumpido, el Vaticano indicó el retiro de Maciel del ministerio sacerdotal. En 2009 saltó a la luz la noticia de que Maciel era padre de una joven española. A través de un comunicado en febrero de 2010, la Legión de Cristo reconoció las acusaciones de abuso sexual a menores y se desvinculó de su fundador.
Fuente: Wikipedia.
Marcial Maciel y Juan Pablo II
Marcial Maciel soñaba con ser proclamado santo universal... y acabará en los infiernos más profundos de su iglesia. Los últimos descubrimientos sobre la doble y exagerada vida del famoso fundador de los Legionarios de Cristo y del grupo sacerdotal Regnum Christi no dejan lugar a dudas, y eso que aún no ha concluido la investigación ordenada hace un año por Benedicto XVI. Lo que ya se sabe es demoledor. El líder de uno de los más exitosos movimientos del nuevo catolicismo no sólo fue notorio pederasta y drogadicto. También tuvo hijos -al menos cuatro, quizá seis- con varias mujeres, plagió descaradamente el libro de cabecera legionario, titulado El salterio de mis días, e impuso a toda la organización un cuarto voto de silencio para guarecerse de denuncias. Uno de sus antiguos colaboradores le acusa incluso de haber envenenado a su tío abuelo, el obispo Guízar, que avaló la exitosa carrera eclesiástica del ambicioso sobrino en el convulso México de los años treinta del siglo pasado.
Fuente: El País. Archivo.
Joseph Ratzinger, sobre Maciel.
Marcial Maciel abusó hasta de sus propios hijos.
A los 21 años de edad Blanca Estela tuvo a su primer hijo José Raúl, quien fue el que estableció el contacto con los Legionarios y el que denunció los abusos de padre.
Detalló, durante la entrevista radiofónica: “Mi primer abuso sucedió cuando tenía siete años de edad en Colombia, yo estaba acostado con él, me baja mi calzoncillo y me intenta violar. Por instinto humano reacciono y me muevo. Se da cuenta, no me fuerza. De ahí empezaron todos los abusos, hubo abusos muy fuertes, hubo abusos sexuales en Madrid, hacía que lo masturbáramos, que le sacáramos fotos masturbándolo, él se quedaba con unas fotografías y se hacía el dormido y nos decía que su tío le hacía lo mismo, que ensayáramos con él”
También denunció Raúl que ya en la preparatoria empezó a tener “una enorme confusión” y le señaló a su padre que buscaría un psicólogo en México, pero éste lo envió con un amigo de él a Madrid, Francisco López-Ibo; los medicamentos que le dieron lo mantenían adormilado y no le ayudaban hasta que abandonó el tratamiento y cinco años después le enviaron, sin solicitarlo, el resultado de sus exámenes médicos.
Mientras a su hermano Omar lo había enviado a Denver, éste también dijo haber sido víctima de abusos sexuales; “mi primer abuso fue cuando fuimos a Madrid, en ese entonces le dije a Raúl: sabes qué, vamos a masturbarlo. Y niños pequeños con malicia, estábamos juntos, en ese entonces me acuerdo que se hacía el dormido y empezamos a masturbarlo, siempre nos decía que a él le dolían mucho las piernas que durmiéramos alguno de los dos siempre con él, con el afán de que nos decía “tengo un dolor en los huesos, caliéntame la pierna porque me duele mucho…”
Fuente: Milenio. Periódico mexicano.
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