La imagen de la derecha pertenece a la obra de ficción “Holocausto caníbal”. La de la izquierda se encuentra en una iglesia de Ronda, España. Ante una de estas imágenes la gente siente devoción y fervor religioso. Ante la otra no. Una representa una mujer empalada, la otra un niño crucificado. Una tiene mayor nivel de realismo visual pues pertenece a una película y la otra es una imagen tallada entre los siglos XVII y primera mitad del siglo XX.
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Bueno, alguna diferencia sí encuentro. La imagen de la izquierda es mucho más repugnante que la de la derecha. Por fortuna ambas son ficciones, pero supongamos, por un momento, que ambas fueran verdaderas (no es algo fuera de tono considerarlo así, después de todo el hombre nos ha acostumbrado a cosas peores). Mientras que la de la derecha podría servir como base de un estudio antropológico (tal como la obra de ficción lo establece: el hecho ocurre en una tribu primitiva), la de la izquierda es la personificación de la maldad ya que, ¿quién en su sano juicio se atrevería a crucificar a un niño, símbolo por excelencia de la inocencia?. La tribu de la derecha podría redimirse de tales actitudes (mediante la educación, por ejemplo), mientras que la tribu de la izquierda no tiene redención posible.
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