Saturday, November 13, 2004
La fuente autosuficiente.
Éste folletito no tiene desperdicio o, mejor dicho, es todo desperdicio; pero por razones de tiempo no voy a poder más que referirme a un solo punto, el resto lo dejaré para otra oportunidad. El punto en cuestión es éste:
Me imagino un diálogo de este tipo:
-La Biblia dice la verdad.
-¿Cómo lo sabes?
-La Biblia lo dice.
-Eso es lo que dijiste, que la Biblia dice la verdad, ¿Pero cómo lo sabes? Eso no me lo has contestado.
-Sí lo hice: te he dicho que la Biblia lo dice.
-¿O sea que la Biblia dice que lo que dice la Biblia es verdad?
-Exacto.
-Bueno, no le veo muchas opciones. No hay modo de que la Bilbia pueda decir que ella NO dice la verdad.
-Podría hacerlo si lo quisiera.
-No creo. Si la Biblia dijera que No dice la verdad significaría que miente, por lo tanto miente cuando dice que No dice la verdad, luego, estaría diciendo -realmente- la verdad: o sea que No dice la verdad, lo que... nos lleva a una paradoja. En síntesis: la Biblia tiene que decir que dice la verdad. No tiene opciones.
-Podría no decir nada...
-La verdad es que viendo la historia de las religiones hubiese sido lo más adecuado.
-Por decir cosas como esas podrías terminar en el infierno.
-¿Quién lo dice?
-Pues la Biblia.
-¿Ésa que siempre dice la verdad porque ella dice que la dice?
-Exacto.
-Vaya...
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