Friday, January 14, 2005

A Dios rogando...

Rezar, v. i. Pedir que las leyes del universo sean anuladas en beneficio de un solo peticionante, confesadamente indigno.
(Ambrose Bierce, Diccionario del Diablo)



No tengo problemas con que la gente rece si eso los hace sentirse mejor o si la situación los lleva a temores mayores que lo que ellos pueden soportar. Reconocer que el ser humano es débil no es, precisamente, una debilidad.
Pero el punto es que la misma gente que tiene por costumbre rezar debería ser consciente de que ese acto conlleva cierto grado de responsabilidad, tanto responsabilidad con el resto de los seres humanos como responsabilidad con su dios.
Estos recortes pertenecen a una nota (que mereció una exclusiva portada)llamada The Power of Pray, publicada en la revista U.S.News.

Para empezar me llamó la atención esto:
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Mientras el 56% de las personas rezan por sus familiares, sólo el 3.3% reza por extraños. Curioso espíritu de hermandad.

Pero lo mejor lo encontré en estos casos:
(Agrandar) (Agrandar)

El primer recorte dice (traducción libre): "Cuando mi hijo volvió sano de Bagdad le prometí al Señor que le mantendría una vela encendida por un año. Otra vez mi gallina fue lastimada por un perro, caí de rodillas en el patio y oré por su vida. Mis rezos fueron escuchados."
Desde ya podemos pasar por alto el hecho de que Dios necesite una vela encendida durante todo un año, después de todo eso fue idea de la mujer, pero lo de la gallina cae en el más profundo absurdo. Según esta mujer Dios no tiene nada mejor que hacer que jugar al veterianario.

En el segundo recorte quiero mencionar al pasar el primer comentario, es el típico milagro que nadie puede probar. El hombre en cuestión tenía que ser sometido a una compleja operación a corazón abierto, su familia rezó y al otro día sus arterias estaban limpias como las "de un quinceañero". Observen que aquí no fue él quien rezó, sino su familia. Así que ya saben: Nada de cuidar la salud ni hacerse muchos problemas por cosas como el colesterol y estupideces similares, un buen rezo en el momento adecuado y solucionados todos los inconvenientes.
El segundo comentario rebaja a Dios a mero mecánico: "Durante meses mi auto calentaba..." En fin, que en el taller mecánico de Jehová le solucionaron el problema sin siquiera levantar la tapa de cilindros y, desde ese día, el auto funciona perfectamente.

Por favor, si alguna persona excesivamente pía a leído esto (gracias por tomarse el trabajo de llegar hasta aquí abajo) le pido que no me deje mensajes enviándome al infierno ni pidiéndome que me acerque a Jesús ni nada de eso. Como siempre digo: hasta que su Dios y sus representantes no muestren algo más de respeto por el ser humano en general, que no cuenten conmigo.

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